sábado, 12 de noviembre de 2011

¿Decantan el voto los debates electorales televisados?

No, los expertos electorales calculan que sólo un porcentaje mínimo de votos –entre el 1% y 5%– cambian tras el debate televisado. El porcentaje de votos que, a raíz de la emisión del debate, viajan de un candidato a otro es mucho menor, prácticamente inapreciable. A no ser que los candidatos se encuentren empatados, la influencia del debate sobre la intención de voto es nula.


No, consiguen, por lo general, todo lo contrario reafirmando el voto entre los ya convencidos, que encuentran razones nuevas para apoyar al candidato que habían escogido previamente. Entre los espectadores el debate degenera en cierto forofismo a favor de su candidato, tal y como se puede comprobar en las redes sociales.

No, los debates televisados son rígidos y los asuntos que se abordan están previamente pactados entre los candidatos, que no se apartan de ellos ni un milímetro. Como consecuencia, los debates televisados devienen indefectiblemente en una sucesión de monólogos, algo parecido a minimítines no muy útiles para convencer a los indecisos y, mucho menos, para robar votos al oponente.

No, la televisión no es un buen medio para transmitir ideas, sino para crear impresiones. En cuestiones políticas esas impresiones son muy difíciles de cambiar en sólo una hora. Si el candidato observa las reglas básicas de compostura y permanece sereno no tiene porque perder un solo sufragio, pero tampoco albergar esperanzas de ganarlo.

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