martes, 26 de marzo de 2013

¿Cuál es la catedral más fea de España?




Ahora que estamos de Semana Santa, tiempo de arrepentimiento y dolor de los pecados, me ha dado por pensar cuál será la catedral más fea de España. Porque, claro, aquí todos pecamos mucho, pero al fin y al cabo son pecadillos que se los lleva el viento tan pronto como abandonamos este valle de lágrimas. Pero las catedrales, ay las catedrales, esas se quedan ahí para siempre. Por ejemplo, los tarugos que parieron la de Madrid espero que estén padeciendo tormento en el infierno por los siglos de los siglos. Aquello es un mostrenco indigno hasta la miseria de río que tiene debajo. Así, de primeras, el título de catedral más fea de España (y de la Cristiandad) ya se lo había adjudicado a la de Madrid, que bien podrían desmontarla piedra a piedra y llevársela a Ohio, como aquellos castillos escoceses que importaban los millonarios americanos después de la guerra.


En esas estaba cuando, tratando de convencerme de la iniquidad catedralicia matritense, he encontrado esta web. Están todas pero en inglés, no se puede tener todo. Y son un montón, muchas más de las que imaginaba, he contado 85, lo que arroja un promedio de 1,6 catedrales por provincia. Las balanzas catedralíes a diferencia de las fiscales están, por lo que se ve, bien repartidas por la Piel de Toro. En Madrid tenemos cuatro: el monstruo, la de Alcalá, magistral y soberbia; la de Getafe, que es una iglesia parroquial elevanda al rango catedralicio; y la castrense, que es la mejor de todas y casi nadie la conoce.

Madrid, fiel a sus miserias históricas, es especialmente pobretón en el apartado catedralil. No sucede lo mismo con el resto del país. Los castellanos, los andaluces y los gallegos tienen verdaderas joyas. Parece que la Corte holgazana y ladrona no les expolió lo suficiente porque templos como este, este o este están entre los más bonitos jamás construidos. Al final va a resultar que es mentira que los madrileños hemos saqueado al resto de España durante los últimos cinco siglos. Se lo digo ya, es mentira. Cosas como esta o esta no las hacen pueblos vilmente expoliados, básicamente porque no les hubiese llegado para piedra y, menos aún, para arquitectos.

Las catedrales españolas son una metáfora del país. La variedad de estilos es tan inmensa como la de climas, idiomas, tradiciones o gastronomías locales que tenemos en España. Hacer las 85 ha llevado unos mil años desde que se empezó la primera hasta que remataron la última, la de Castellón, en 1999. Esta de Castellón se tuvo que rehacer desde los cimientos porque los del Frente Popular, no contentos con meterle fuego por dentro, decidieron derribar el templo a piquetazos durante la Guerra Civil. De ahí que parezca una catedral antigua siendo nueva. Por dentro supongo que mostrará su verdadero rostro, pero eso ya no lo sé porque nunca he estado en Castellón. El autor del blog ha incluido una clasificación por estilos, algo francamente complicado, porque en casi todas un estilo se monta sobre el anterior. Antes no tenían problema alguno en hacer estas cosas, los escrúpulos nos han entrado ahora. De hecho, en los siglos XVII y XVIII se consideraba que el gótico era un estilo propio de bárbaros. Por eso, las diócesis de posibles, se apresuraron en renovar sus catedrales. Unas veces vino bien el cambio, y otras veces mal. Las que andaban con lo puesto, generalmente las de la Castilla profunda, tuvieron que quedarse con su desfasada catedral gótica.

Pero, a lo que iba, ¿cuál es la catedral más fea del país? Después de repasármelas todas he concluido que lo de Madrid, siendo malo, no es tan criminal como me parecía en un principio. Las hay más feas. La peor de todas sin sombra de dudas es la de Tarrasa, un mazacote contrahecho que duele solo de mirarlo. Opine por usted mismo, ¿es o no es un puñetazo en la cara? Esta cosa me ha reconciliado con nuestra cosa de la calle Bailén.

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